De un incontenible impulso creativo, avivado desde niño por una imaginación y un carácter palpitantes, nace la obra de Hombrelópez.
Heterogénea, tocada por un estímulo cercano al Arte Povera, al reciclaje como discurso y a los materiales dispares, viejos, en aparente desuso, la obra de Hombrelópez tiene, además, otras querencias, nacidas de su formación académica, en España y en Hawaii, y de su adolescente pasión por el cómic.
Sus creaciones siguen haciendo justicia, al cabo de los años, a una observación infantil, al impulso curioso por los objetos hallados en cualquier lugar y que, en su estudio o en el jardín de su casa, en Menorca, el artista moldea y recicla, manipula hasta el nacimiento de un nuevo-viejo ente.
Madera quebrada, hierro, estaño y piedra son los elementos comunes a sus obras.